MARTA RICO

22:00. 20 mg de acetato de glatiramero.
Marta Rico



“Los espacios surgen de las relaciones de poder; las relaciones de poder establecen las normas; y las normas definen los límites, que son tanto sociales como espaciales, porque determinan quién pertenece a un lugar y quién queda excluido” (McDowell, 2000:15)

El discurso espacial está configurado en función de intereses ideológicos que lo destinan a unas maneras de ocupación concretas, lo hacen legible, urbanizado y donde habitarlo implica amoldarse a sus leyes. Son espacios con apariencia aséptica, homogénea y jerarquizadora bajo los que se esconde el discurso de segregación, negando cualquier tipo de disidencia, vigilando la deserción y desterrando las manifestaciones no normativas de la corporeidad al ámbito de lo privado.

Este destierro nos obligará a disimular e invisibilizar los síntomas de determinadas enfermedades que no encuentran cabida en estos territorios. El enfermo/a se ve obligado/a a ocultar y silenciar su situación para no ser señalado, pone en peligro el sistema establecido y por ello se le excluye del poder considerándolo miserable, inmundo, innombrable… Lo que se busca
son individuos que se adapten y no creen disonancias. Por tanto, las enfermedades quedan relegadas al ámbito doméstico, obligándonos a esconder toda muestra de debilidad.

Sin embargo, desde las prácticas de resistencia se pueden generar espacios de diferenciación que dejen constancia de otras realidades. Por ello, las estrategias artísticas tienen la capacidad de desarrollar una crítica a los sistemas de representación social y de generar nuevos referentes visuales (Foster en Blanco et al., 2001:97), pudiendo reflexionar en torno a esta problemática, mostrar aspectos informativos o preventivos, o lograr una aceptación y transformación social.

Entonces, ¿Por qué ocultarlo?



Blanco, P. et al. (2001) Modos de hacer: Arte crítico, esfera pública y acción directa. Salamanca: Universidad de Salamanca.
McDowell, L. (2000) Género, identidad y lugar: Un estudio de las geografías feministas. Madrid: Cátedra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario